Antes de su encarcelamiento en 1957, Wilhelm Reich había almacenado sus archivos en dos lugares dentro del edificio conocido como el Observatorio de energía de Orgone:

• En una sala oscura fotográfica en el primer piso
• En un gran armario de su estudio y biblioteca en el segundo piso

En su voluntad, Reich dice de los archivos:

“… Por la presente dirijo que bajo ninguna circunstancia y bajo ningún tipo de documentos, manuscritos o diarios encontrados en mi biblioteca entre los archivos, o en cualquier otro lugar, serán alterados, omitidos, destruidos, añadidos o falsificados de cualquier otra manera imaginable. … Estos documentos son de crucial importancia para el futuro de las generaciones de recién nacidos. Por lo tanto, dirijo a mi Fideicomisario y a sus sucesores que nada de lo que se debe cambiar en ninguno de los documentos y que deben ser guardados y almacenados durante 50 años para asegurar su seguridad de la destrucción y la falsificación por parte de cualquier persona interesada en la falsificación y destrucción de la verdad histórica”.

Desafortunadamente, cuando Mary Higgins, la recién nombrada Fiduciaria, entró en el Observatorio de Energía Orgone abandonado a principios de 1959, los archivos de Wilhelm Reich desaparecieron: fueron eliminados ilegalmente el año anterior por Aurora Karrer, la última mujer en la vida del Reich, que había transportado los materiales a cientos de kilómetros de distancia a la casa que compartía con su madre en Bethesda, Maryland.

Mary Higgins viajó a Bethesda, Maryland, y durante varias reuniones incómodas cara a cara, la Sra. Karrer negó repetidamente que tuviera estos materiales de archivo. Sólo cuando Mary Higgins tomó acciones legales contra ella, la Sra. Karrer y su abogado produjeron muchas maletas llenas de estos materiales, que la Corte posteriormente entregó al Fideicomiso.

Sin embargo, todavía faltaban muchos materiales de archivo, y los esfuerzos legales del Fideicomiso para recuperar materiales adicionales de la Sra. Karrer se extenderían a lo largo de más de cuatro décadas.

Durante años después de que Mary Higgins había recuperado legalmente la mayor parte de los Archivos del Reich de Aurora Karrer, mantuvo estos materiales en su casa en Forest Hills, Nueva York, donde vivió hasta 2001. Durante este tiempo, visitó varias instituciones en busca de un repositorio permanente, seguro y seguro para los archivos, incluyendo la Biblioteca del Congreso y varias bibliotecas universitarias.

Entra Roger Straus de Farrar, Straus y Giroux, los editores con los que Mary había estado trabajando para volver a imprimir los escritos de Reich. Straus llamó la atención de la Biblioteca de Medicina Countway de la Universidad de Harvard, una de las bibliotecas médicas más importantes del mundo. Straus conocía a un hombre llamado Richard Wolfe, el bibliotecario jefe del departamento de “Libros raros y colecciones especiales” en el Conde. El Sr. Wolfe consideró que el legado de Reich era importante y que estos archivos serían una adición bienvenida a las otras colecciones de la biblioteca.

En consecuencia, en octubre de 1973 se llegó a un acuerdo entre el Fideicomiso y el Conde por el cual los materiales de archivo de Reich se transferirían periódicamente a la Biblioteca countway a lo largo de los años, para ser almacenados en sus Libros Raros y Colecciones Especiales, con el Fideicomiso conservando todos los derechos de autor y publicación, y el control del acceso. Esta última estipulación, aunque inusual, fue crucial, ya que la voluntad de Reich ordenó que los archivos se mantuvieran bajo sello durante 50 años después de su muerte.

A lo largo de sus décadas de servicio como Fiduciaria, Mary Higgins permitió la publicación de una cantidad limitada de material inédito de los archivos en la revista The Trust created, Orgonomic Functionalism, y también editó cuatro volúmenes de material de los diarios personales de Wilhelm Reich que fueron publicados por Farrar, Straus y Giroux.

Desde noviembre de 2007, 50 años después de la muerte de Reich, los archivos del Reich han sido accesibles para académicos e investigadores, sujetos a las políticas de acceso que se describen a continuación. Hasta hace poco, los archivos se almacenaban y el acceso se proporcionaba en la Biblioteca Countway de la Universidad de Harvard, en la sección que había sido renombrada como “El Centro para la Historia de la Medicina”.

Un nuevo acuerdo entre el Museo Wilhelm Reich y la Biblioteca Countway entró en vigencia en septiembre de 2021, por el cual el museo recuperó el control físico de los archivos.